Hoy es un día feo para Andalucía y para España. Lo más rancio y más feo de la política española ha entrado en el parlamento andaluz. Si tuviéramos políticos serios y con cierto sentido de la responsabilidad, los otros cuatro partidos que han logrado representación se unirían formando un gobierno que hiciera el vacío a la ultra derecha racista, misógina, homófoba, antidemocrática y nacionalista que conocemos tan bien en España.
Pero no creo que eso lo veamos.
Y dentro de poco hay más elecciones.
Aquí andan en la misma línea, a vueltas con su Brexit, pensando en muros y en fronteras y en dejar claro quién es de aquí y quién es de fuera.
Pero bueno, a pesar de tanta ponzoña, esta mañana, yendo al aeropuerto de vuelta a casa, me he encontrado este cartel en el metro. He hecho una foto rápida (y un poco torcida) para llevarme al menos este buen sabor de boca de esta ciudad increíble.
Espero volver prontito.
¡Seguimos!
Y caminando iba pensando que ganar / Siempre es tentar a la otra cara de la suerte / Y que por eso te hacen daño los huesos / Cuando golpeas fuerte //
Y así se fue chasqueando los dientes / En memoria de algún actor / Cuyo nombre se ha perdido / Y que hacía de bandido //
Y sintió la alegría del olvido / Y al andar descubrió la maravilla / Del sonido de sus propios pasos / En la gravilla...
[El canto del gallo, Radio Futura, 1987]
Páginas
lunes, 3 de diciembre de 2018
domingo, 2 de diciembre de 2018
Some like it hot
Hoy he vuelto al Portobello House. Esta vez no a tomar unas cañas después de clase sino a celebrar el cumple de Eva, la jefa.
Otra vez, como el viernes en el Lonsdale, he vuelto a encontrarme con gente molona que conocí el año pasado y con gente nueva que ha llegado en septiembre.
Me he vuelto a sentir genial.
Me ha vuelto a sentar genial.
Me ha vuelto a halagar que insistan en que se me echa de menos.
Y me ha vuelto a gustar notar la confianza que llegué a tener con algunas de esas personas con las que trabaje hace unos meses.
Y otra vez, como siempre, estaban proyectando sobre la pared del fondo Con faldas y a lo loco.
Una y otra vez.
Sin que nadie mire a la pantalla.
Sin que nadie parezca hacer caso a esa Marilyn bellísima mirándonos desde la pared del fondo con cara de rubia, o a Tony Curtis y Jack Lemon tratando de ligársela.
Mañana lunes, mientras vuelvo a dar mis clases en la sierra, volverán a abrir el Portobello House, volverán los camareros a servir pintas, y volverá Marilyn a mirar hacia el local como si nada de lo que allí ocurre tuviera que ver con ella...
Otra vez, como el viernes en el Lonsdale, he vuelto a encontrarme con gente molona que conocí el año pasado y con gente nueva que ha llegado en septiembre.
Me he vuelto a sentir genial.
Me ha vuelto a sentar genial.
Me ha vuelto a halagar que insistan en que se me echa de menos.
Y me ha vuelto a gustar notar la confianza que llegué a tener con algunas de esas personas con las que trabaje hace unos meses.
Y otra vez, como siempre, estaban proyectando sobre la pared del fondo Con faldas y a lo loco.
Una y otra vez.
Sin que nadie mire a la pantalla.
Sin que nadie parezca hacer caso a esa Marilyn bellísima mirándonos desde la pared del fondo con cara de rubia, o a Tony Curtis y Jack Lemon tratando de ligársela.
Mañana lunes, mientras vuelvo a dar mis clases en la sierra, volverán a abrir el Portobello House, volverán los camareros a servir pintas, y volverá Marilyn a mirar hacia el local como si nada de lo que allí ocurre tuviera que ver con ella...
sábado, 1 de diciembre de 2018
Christmas is calling
En Londres, como en Madrid, ya se anuncia la Navidad: luces, calles atestadas, escaparates tentadores, bolsas, paquetes, adornos.
Hoy he estado de compras en Waterstones, he ido a ver piedras al Museo Británico, he comido con Suso y Nuria, he dado un paseo con ellxs por Piccadilly y he terminado haciendo un viaje del infierno en metro.
Me encanta esta ciudad. Invisible e insustituible, como decía Sabina de Madrid. Y confirmo, por si me quedaban dudas, que molaría pasar otra temporada aquí...
Hoy he estado de compras en Waterstones, he ido a ver piedras al Museo Británico, he comido con Suso y Nuria, he dado un paseo con ellxs por Piccadilly y he terminado haciendo un viaje del infierno en metro.
Me encanta esta ciudad. Invisible e insustituible, como decía Sabina de Madrid. Y confirmo, por si me quedaban dudas, que molaría pasar otra temporada aquí...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)