El British es uno de los sitios que más he disfrutado de Londres.
Y uno de los motivos por los que vine.
Hoy he "terminado" de verlo.
Bueno, obviously, eso de que he terminado de verlo no es más que una forma de hablar, porque es un lugar increíble al que podría estar viniendo durante años y seguiría pareciéndome inagotable. Digamos, para ser un poco más fieles a la realidad, que lo que he hecho ha sido terminar de pasar por todas las salas. Y seguramente eso tampoco haya sido verdad del todo, porque seguro que hay unas cuantas que se me han pasado o que han estado cerradas durante este tiempo que he estado aquí o que están un poco escondidas y no he dado con ellas...
Hoy he decidido que, sin ninguna duda y mientras no se demuestre lo contrario, el British Museum es mi museo favorito del mundo.
Y espero seguir viniendo muchas veces más cada vez que pase por Londres y tenga ocasión de acercarme un rato a disfrutar de sus salas.
Venir a Londres ha merecido muchísimo la pena por muchas cosas. Y este sitio, sin ninguna duda, ha sido una de ellas.
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sábado, 30 de junio de 2018
viernes, 29 de junio de 2018
Jubilaciones
Estamos de despedidas en el instituto: hoy hemos hecho un copetín por las jubilaciones de tres de los compañerxs que se van. Una buena ocasión para encontrarnos fuera del cole. Y a estas alturas del curso ya conociéndonos mucho y sabiendo quién es quién.
Como cualquier otro lugar de trabajo, el instituto es una pequeña comunidad: somos unos cincuenta profes, más el personal no docente, más los quinientos niñxs.
Y cada unx con sus cosas... o sea, que no da para aburrirse ni un minuto.
Como cualquier otro lugar de trabajo, el instituto es una pequeña comunidad: somos unos cincuenta profes, más el personal no docente, más los quinientos niñxs.
Y cada unx con sus cosas... o sea, que no da para aburrirse ni un minuto.
jueves, 28 de junio de 2018
Rebujito londinense
En el cole pasan muchas más cosas aparte de los niñxs y las clases. Creo que hay cerca de 500 alumnxs y unos 50 profes y mucha más gente trabajando allí. Pero además de clases y exámenes y trabajo "académico", de vez en cuando, pasan más cosas.
Hoy uno de los profes ha hecho una pequeña exposición en el Salón de Actos con algunas de sus fotos y, para presentarla, nos ha invitado a tomar algo allí.
Lo de compartir unos trozos de queso y de tortilla y un rebujito londinense con la gente con la que trabajas, en un trabajo tan importante y tan exigente como este, hace más fácil que algunas de esas personas acaben siendo amigxs a los que me gustaría mucho mantener cuando me vaya de aquí...
¡Seguimos!
Hoy uno de los profes ha hecho una pequeña exposición en el Salón de Actos con algunas de sus fotos y, para presentarla, nos ha invitado a tomar algo allí.
Lo de compartir unos trozos de queso y de tortilla y un rebujito londinense con la gente con la que trabajas, en un trabajo tan importante y tan exigente como este, hace más fácil que algunas de esas personas acaben siendo amigxs a los que me gustaría mucho mantener cuando me vaya de aquí...
¡Seguimos!
miércoles, 27 de junio de 2018
Al British con primero de ESO
Siempre tengo dudas con estas cosas...
Por un lado está el tema de los museos masificados: las colas de algunas exposiciones en el Reina Sofía o en el Prado de Madrid, o las salas atestadas de momias y turistas del British Museum. Me vale también pensar en Stonehenge o Pompeya o el Acueducto de Segovia.
¿Cómo poner algún límite a esas masas que lo invadimos todo sin criterio? No suena muy bien proponer limitar quién puede ir a estos sitios, pero no estaría mal que llegara a ellos sólo quien realmente tiene ganas de ver los objetos que están expuestos.
Mucha gente está viendo vasos griegos o bifaces o relieves asirios como podría estar viendo cualquier otra cosa. O nada.
Al final, para mucha gente, museos tan maravillosos como los que hay aquí se convierten en parques temáticos en los que dar un paseo, merendar y comprar postales.
Y por otra parte están las visitas que se hacen con los alumnxs: hoy nos hemos ido el profe de historia y yo con un grupito de alumnxs de primero a ver algunas salas del British Museum.
Por un lado uno piensa que qué suerte que estos chavales puedan ver la leona herida y los mármoles del Partenón y que haya un profe que se lo explique y les cuente.
Pero en realidad muchos de ellos están más pendientes del móvil y de cuánto queda para volver al cole que de lo que están viendo, que les interesa más bien poco.
Supongo que, a pesar de todo, merece la pena y que, a unos poquitos de ellos, les quedará el recuerdo de lo que han visto y que, cuando vuelvan dentro de un tiempo al museo, podrán decir que vinieron con un par de profes y que les gustó la visita y le suena no sé qué historia sobre un rey que cazaba leones...
En fin... ¡seguimos!
Por un lado está el tema de los museos masificados: las colas de algunas exposiciones en el Reina Sofía o en el Prado de Madrid, o las salas atestadas de momias y turistas del British Museum. Me vale también pensar en Stonehenge o Pompeya o el Acueducto de Segovia.
¿Cómo poner algún límite a esas masas que lo invadimos todo sin criterio? No suena muy bien proponer limitar quién puede ir a estos sitios, pero no estaría mal que llegara a ellos sólo quien realmente tiene ganas de ver los objetos que están expuestos.
Mucha gente está viendo vasos griegos o bifaces o relieves asirios como podría estar viendo cualquier otra cosa. O nada.
Al final, para mucha gente, museos tan maravillosos como los que hay aquí se convierten en parques temáticos en los que dar un paseo, merendar y comprar postales.
Y por otra parte están las visitas que se hacen con los alumnxs: hoy nos hemos ido el profe de historia y yo con un grupito de alumnxs de primero a ver algunas salas del British Museum.
Por un lado uno piensa que qué suerte que estos chavales puedan ver la leona herida y los mármoles del Partenón y que haya un profe que se lo explique y les cuente.
Pero en realidad muchos de ellos están más pendientes del móvil y de cuánto queda para volver al cole que de lo que están viendo, que les interesa más bien poco.
Supongo que, a pesar de todo, merece la pena y que, a unos poquitos de ellos, les quedará el recuerdo de lo que han visto y que, cuando vuelvan dentro de un tiempo al museo, podrán decir que vinieron con un par de profes y que les gustó la visita y le suena no sé qué historia sobre un rey que cazaba leones...
En fin... ¡seguimos!
martes, 26 de junio de 2018
Camden
Estamos terminando el curso. Ya sólo quedan unas cuantas semanas de niñxs, exámenes, notas, evaluaciones y despedidas. Cada vez se ve más cerca el final...
Hoy, después del cole, he ido a buscar a Susana al British, nos hemos tomado un café allí y luego nos hemos acercado a Camden. Sigue pareciéndome un sitio sorprendente. Además un par de las veces que he ido lo he pillado ya cerrado o cerrando, así que nada que ver con esa primera vez que fui hace tiempo en que hacía un frío terrible y estaba todo absolutamente lleno de gente.
Es raro entrar por los callejones de este mercadillo y ver los puestos medio abandonados, todo vacío de gente y las cosas colocadas en los estantes esperando a que alguien se las lleve a casa a cambio de unas pocas libras.
En uno de esos puestos cerrados, en el que no tengo muy claro qué vendían, nos hemos hecho Susana y yo este autorretrato en una de las pantallas del CCTV que hay por todas partes.
Hoy, después del cole, he ido a buscar a Susana al British, nos hemos tomado un café allí y luego nos hemos acercado a Camden. Sigue pareciéndome un sitio sorprendente. Además un par de las veces que he ido lo he pillado ya cerrado o cerrando, así que nada que ver con esa primera vez que fui hace tiempo en que hacía un frío terrible y estaba todo absolutamente lleno de gente.
Es raro entrar por los callejones de este mercadillo y ver los puestos medio abandonados, todo vacío de gente y las cosas colocadas en los estantes esperando a que alguien se las lleve a casa a cambio de unas pocas libras.
En uno de esos puestos cerrados, en el que no tengo muy claro qué vendían, nos hemos hecho Susana y yo este autorretrato en una de las pantallas del CCTV que hay por todas partes.
lunes, 25 de junio de 2018
domingo, 24 de junio de 2018
La playa
No hace mucho alguien me decía que en Londres se puede encontrar cualquier cosas que busques, menos una playa.
Pues no.
También hay playa.
Aunque sea un poco mini y un poco cutrecilla...
Paseando con Susana por una de las orillas del río nos hemos encontrado con esta pequeña playita a la que se puede bajar y en la que, aprovechando el buen tiempo que hace estos días, nos hemos encontrado a unas cuantas personas tomando el solete.
Una nueva vista de la ciudad. Diferente, inesperada.
[Creo que hay que hacer un buen montón de km para llegar desde Londres a una playa "de verdad"...]
Pues no.
También hay playa.
Aunque sea un poco mini y un poco cutrecilla...
Paseando con Susana por una de las orillas del río nos hemos encontrado con esta pequeña playita a la que se puede bajar y en la que, aprovechando el buen tiempo que hace estos días, nos hemos encontrado a unas cuantas personas tomando el solete.
Una nueva vista de la ciudad. Diferente, inesperada.
[Creo que hay que hacer un buen montón de km para llegar desde Londres a una playa "de verdad"...]
sábado, 23 de junio de 2018
Esperando a Susana
En la estación de St. Pancras, esperando a Susana, mi última visita (creo) de estos meses en Londres.
Susana y yo casi no nos conocemos, pero es una de las personas a quienes insistí en preguntarle si le apetecía venir. Y me hizo mucha ilusión cuando me dijo que lo intentaría.
Me encanta la historia de mi relación con ella: muy peculiar, muy prometedora. Una relación que nos hace gracia pensar que tiene mucho que ver con el silencio...
Quizá, si un día viene a cuento, la cuente aquí.
De momento tenemos unos cuantos días juntxs en Londres de paseos, museos y música que me apetecen muchísimo.
Susana y yo casi no nos conocemos, pero es una de las personas a quienes insistí en preguntarle si le apetecía venir. Y me hizo mucha ilusión cuando me dijo que lo intentaría.
Me encanta la historia de mi relación con ella: muy peculiar, muy prometedora. Una relación que nos hace gracia pensar que tiene mucho que ver con el silencio...
Quizá, si un día viene a cuento, la cuente aquí.
De momento tenemos unos cuantos días juntxs en Londres de paseos, museos y música que me apetecen muchísimo.
viernes, 22 de junio de 2018
Hora libre
Una de las horas que mejor me sientan de la semana es la que tengo libre los viernes, justo antes de comer. A esas horas ya se siente el fin de semana y "sólo" me quedan un par de clases por la tarde con los primeros de secundaria.
Suelo aprovecharla para dar un paseíto por el mercado de Portobello viendo los puestos que quedan más cerca del cole. Creo que nunca he llegado a comprar nada, pero es un espectáculo ver la cantidad de cosas (y sobre todo el tipo de cosas) que hay por aquí.
Y, sin ninguna duda, es una muy buena estrategia para despejar la mente entre clase y clase...
Suelo aprovecharla para dar un paseíto por el mercado de Portobello viendo los puestos que quedan más cerca del cole. Creo que nunca he llegado a comprar nada, pero es un espectáculo ver la cantidad de cosas (y sobre todo el tipo de cosas) que hay por aquí.
Y, sin ninguna duda, es una muy buena estrategia para despejar la mente entre clase y clase...
jueves, 21 de junio de 2018
Fotos
Lo de las fotos siempre es una tarea. Molona, pero tarea.
Aquí estoy haciendo muchas fotos con el móvil. Me está divirtiendo hacerlas pensando en enviar a gente, en este blog, en contar qué estoy viviendo y qué me está pasando.
Estos días me he propuesto poner al día fotos y blogs: y aquí estoy mirando y remirando, seleccionando, borrando y eligiendo...
Aquí estoy haciendo muchas fotos con el móvil. Me está divirtiendo hacerlas pensando en enviar a gente, en este blog, en contar qué estoy viviendo y qué me está pasando.
Estos días me he propuesto poner al día fotos y blogs: y aquí estoy mirando y remirando, seleccionando, borrando y eligiendo...
miércoles, 20 de junio de 2018
Flores
Me encanta tener flores en casa. Y si me las han regalado me encanta aún más.
Y me gusta muchísimo ver cómo se van transformando, cómo languidecen poco a poco y van perdiendo pétalos y cambiando de color...
Este girasol me ha acompañado junto a la cama durante unos días. No parece que le quede mucho, pero aún ahora, cada vez más mustio, sigue siendo una belleza.
Y me gusta muchísimo ver cómo se van transformando, cómo languidecen poco a poco y van perdiendo pétalos y cambiando de color...
Este girasol me ha acompañado junto a la cama durante unos días. No parece que le quede mucho, pero aún ahora, cada vez más mustio, sigue siendo una belleza.
martes, 19 de junio de 2018
lunes, 18 de junio de 2018
Enseñar
Hoy he tenido un día feo en el cole. Uno de esos días que me hacen dudar de si realmente me gusta enseñar y de si verdaderamente se me da bien.
Cuando he llegado a casa, después de dar una vuelta por el barrio, me he dado una ducha, he cenado algo y me he echado a leer un rato.
Y entonces, ya con la calma, con un poco de perspectiva, he vuelvo a ser consciente de que sí, que enseñar es una de las cosas que más me gusta hacer. Y que se me da bien. Y que hay mucha gente que valora muy bien cómo lo hago.
Y cuando lo pienso despacio me doy cuenta de que en realidad lo que no me gusta es tener que bregar con niños maleducados y consentidos que se sienten impunes boicoteando las clases, maltratando a sus profesores y a sus compañeros. Hoy he salido de clase con rabia. Muy enfadado. Con la impotencia de no poder hacer el trabajo que me gusta porque unos pocos niños y niñas, sabiéndose bien cubiertos por sus padres y madres, pueden sabotear tu esfuerzo y tu energía y tus ganas de trabajar sin que puedas usar prácticamente ninguna herramienta para evitarlo.
Hemos pasado del extremo en el que estábamos cuando yo iba al cole hace cuarenta años, en que padres y profes formaban una piña indestructible, en el que tú, por defecto, nunca tenías razón ni motivos para quejarte ni para cuestionar nada, al extremo contrario, en el que muchos padres y madres apoyan cualquier comportamiento de sus hijos deslegitimando y cuestionando permanentemente al profesorado. Y ahí estamos jodidos: los padres, los profes y los niños.
Hoy también, supongo que para equilibrar un poco, he recibido un correo de una madre agradeciéndome el trabajo que estamos haciendo con su hijo y animándonos a seguir.
Un oasis en el desierto.
¡Seguimos!
Cuando he llegado a casa, después de dar una vuelta por el barrio, me he dado una ducha, he cenado algo y me he echado a leer un rato.
Y entonces, ya con la calma, con un poco de perspectiva, he vuelvo a ser consciente de que sí, que enseñar es una de las cosas que más me gusta hacer. Y que se me da bien. Y que hay mucha gente que valora muy bien cómo lo hago.
Y cuando lo pienso despacio me doy cuenta de que en realidad lo que no me gusta es tener que bregar con niños maleducados y consentidos que se sienten impunes boicoteando las clases, maltratando a sus profesores y a sus compañeros. Hoy he salido de clase con rabia. Muy enfadado. Con la impotencia de no poder hacer el trabajo que me gusta porque unos pocos niños y niñas, sabiéndose bien cubiertos por sus padres y madres, pueden sabotear tu esfuerzo y tu energía y tus ganas de trabajar sin que puedas usar prácticamente ninguna herramienta para evitarlo.
Hemos pasado del extremo en el que estábamos cuando yo iba al cole hace cuarenta años, en que padres y profes formaban una piña indestructible, en el que tú, por defecto, nunca tenías razón ni motivos para quejarte ni para cuestionar nada, al extremo contrario, en el que muchos padres y madres apoyan cualquier comportamiento de sus hijos deslegitimando y cuestionando permanentemente al profesorado. Y ahí estamos jodidos: los padres, los profes y los niños.
Hoy también, supongo que para equilibrar un poco, he recibido un correo de una madre agradeciéndome el trabajo que estamos haciendo con su hijo y animándonos a seguir.
Un oasis en el desierto.
¡Seguimos!
domingo, 17 de junio de 2018
Kenwood House (primer intento)
Hace unos días oí hablar de Kenwood House: en el comedor un profe contó que era un sitio precioso con un jardín maravilloso alrededor, con una colección muy interesante de pintura y que además era la casa que aparece en la película de Notting Hill cuando Julia Roberts está rodando la peli de Henry James...
(Y además, y esto me interesaba mucho, es donde está uno de los cuatro Vermeer que hay en Londres...)
Tomé nota.
Y he querido aprovechar este domingo para ir a verla.
Y ha sido la primera vez que me ha fallado el citymapper, una de mis aplicaciones favoritas, y me ha mandado al culo del mundo...
En realidad tengo que admitir que no es que me haya fallado el citymapper sino que yo he tecleado Kenwood House, en lugar de meter la dirección del sitio al que quería ir. He cogido el metro, he ido siguiendo las instrucciones y de repente me he visto llegar a un barrio más o menos cutre, donde no tenía ninguna pinta de que fuera a encontrar un palacete lleno de pinturas maravillosas.
Cuando ya me he convencido de que no iba por buen camino, he vuelto a buscar en el móvil y ha sido cuando me he dado cuenta de que estaba en la otra punta de la ciudad. Y ya era demasiado tarde para intentar recalcular ruta e ir hasta mi objetivo inicial, así que me he dado un buen paseo, he descubierto un mercado muy de barrio, una librería de segunda mano que me ha encantado (próximamente en el Capítulo VI), un estadio de críquet (¡existen estadios de críquet!) y todo ha quedado en una tarde de vagabundeo por Londres...
Queda pendiente ver el Vermeer de Kenwood House.
(Y además, y esto me interesaba mucho, es donde está uno de los cuatro Vermeer que hay en Londres...)
Tomé nota.
Y he querido aprovechar este domingo para ir a verla.
Y ha sido la primera vez que me ha fallado el citymapper, una de mis aplicaciones favoritas, y me ha mandado al culo del mundo...
En realidad tengo que admitir que no es que me haya fallado el citymapper sino que yo he tecleado Kenwood House, en lugar de meter la dirección del sitio al que quería ir. He cogido el metro, he ido siguiendo las instrucciones y de repente me he visto llegar a un barrio más o menos cutre, donde no tenía ninguna pinta de que fuera a encontrar un palacete lleno de pinturas maravillosas.
Cuando ya me he convencido de que no iba por buen camino, he vuelto a buscar en el móvil y ha sido cuando me he dado cuenta de que estaba en la otra punta de la ciudad. Y ya era demasiado tarde para intentar recalcular ruta e ir hasta mi objetivo inicial, así que me he dado un buen paseo, he descubierto un mercado muy de barrio, una librería de segunda mano que me ha encantado (próximamente en el Capítulo VI), un estadio de críquet (¡existen estadios de críquet!) y todo ha quedado en una tarde de vagabundeo por Londres...
Queda pendiente ver el Vermeer de Kenwood House.
sábado, 16 de junio de 2018
Oxford Circus
Deben tener razón quienes dicen que en Londres, por la noche, por debajo de la ciudad, fabrican gente que sale por la mañana y llena las calles y las aceras y las tiendas y los pubs y todo...
A veces me pregunto cómo puede haber tanta gente para consumir tantas cosas, para llenar tantas cafeterías, para comprar y comprar... pero es que somos mucha mucha mucha gente aquí.
Seguro que en algún sitio hay unas estadísticas contando cuántos cafés se ponen cada día en Londres, cuántos platos de plástico se usan, cuántos viajes de metro y autobús se realizan, cuántos kilos de fish and chips y cuántos scones se venden cada día, cuántos periódicos gratuitos se reparten cada tarde......
¡Molaría ver esos números gigantescos!
Después del ratito que estuve ayer viendo cuadros en la NG, esta mañana he decidido volver a ir a "terminar" de verla. Es una de esas despedidas que estoy haciendo en estas últimas semanas...
Ha sido un gustazo.
¡Volveré!
A veces me pregunto cómo puede haber tanta gente para consumir tantas cosas, para llenar tantas cafeterías, para comprar y comprar... pero es que somos mucha mucha mucha gente aquí.
Seguro que en algún sitio hay unas estadísticas contando cuántos cafés se ponen cada día en Londres, cuántos platos de plástico se usan, cuántos viajes de metro y autobús se realizan, cuántos kilos de fish and chips y cuántos scones se venden cada día, cuántos periódicos gratuitos se reparten cada tarde......
¡Molaría ver esos números gigantescos!
Después del ratito que estuve ayer viendo cuadros en la NG, esta mañana he decidido volver a ir a "terminar" de verla. Es una de esas despedidas que estoy haciendo en estas últimas semanas...
Ha sido un gustazo.
¡Volveré!
viernes, 15 de junio de 2018
Los embajadores
Ha empezado el mundial de fútbol y ha habido una escisión entre los profes en las cañas del viernes. Unxs cuantos se han ido a uno de los bares españoles a ver el partido de España y el resto, fieles a nuestras costumbres, hemos ido a la terraza del Londsdale.
Y luego me he ido a dar una vuelta a la National Gallery. Una de las últimas. ¡Cuántos cuadros hay en este sitio que me encantan! Me lo paso como un enano cada vez que voy y sé que es una de las cosas que voy a echar de menos cuando vuelva.
Y luego me he ido a dar una vuelta a la National Gallery. Una de las últimas. ¡Cuántos cuadros hay en este sitio que me encantan! Me lo paso como un enano cada vez que voy y sé que es una de las cosas que voy a echar de menos cuando vuelva.
jueves, 14 de junio de 2018
Trabajando en el K&P
El Kitchen and Pantry sigue siendo uno de mis sitios favoritos en Londres.
Esta vez con Arturo, haciendo deberes por la tarde después de salir del cole.
Esta vez con Arturo, haciendo deberes por la tarde después de salir del cole.
miércoles, 13 de junio de 2018
Flores y lápices
Esto es lo que se ve desde el ventanal del salón de mi casa. Al fondo, un poquito a la izquierda se ve la torre Grenfell.
Mañana, 14 de junio, se cumple un año del incendio que la arrasó. En estas últimas semanas la han recubierto con un andamio blanco con un corazón enorme verde, mucho más amable de ver que el bulto negro requemado que se veía desde todo el barrio cuando yo llegué a Notting Hill.
Estos días todo el mundo habla de esto por aquí.
A los pocos días de llegar una compañera me explicó que era una torre de viviendas sociales, que un día se inició un pequeño incendio en un piso bajo y que en minutos la torre ardió como si fuera de paja.
Parece ser que no hacía mucho que habían cambiado el recubrimiento de las fachadas para mejorar su aspecto, y lo hicieron con un material que era muy inflamable, saltándose todas las normativas antiincendios.
El caso es que, oficialmente, murieron 72 personas y quedaron muchas familias sin casa. Pero parece ser que, extra oficialmente, las víctimas son muchas más: 400 ó 500. Y ha habido desvío de ayudas. Y ha habido gente tratando de pasarse por víctimas para conseguir casas...
Igual que hay gente que se ha beneficiado de esto y que aún intenta hacerlo, también ha habido una respuesta increíble solidaria de la ciudad hacia las víctimas.
En fin, una de esas tragedias evitables debidas a la negligencia y a la codicia, y que sacan lo peor y lo mejor de las personas.
Mañana, 14 de junio, se cumple un año del incendio que la arrasó. En estas últimas semanas la han recubierto con un andamio blanco con un corazón enorme verde, mucho más amable de ver que el bulto negro requemado que se veía desde todo el barrio cuando yo llegué a Notting Hill.
Estos días todo el mundo habla de esto por aquí.
A los pocos días de llegar una compañera me explicó que era una torre de viviendas sociales, que un día se inició un pequeño incendio en un piso bajo y que en minutos la torre ardió como si fuera de paja.
Parece ser que no hacía mucho que habían cambiado el recubrimiento de las fachadas para mejorar su aspecto, y lo hicieron con un material que era muy inflamable, saltándose todas las normativas antiincendios.
El caso es que, oficialmente, murieron 72 personas y quedaron muchas familias sin casa. Pero parece ser que, extra oficialmente, las víctimas son muchas más: 400 ó 500. Y ha habido desvío de ayudas. Y ha habido gente tratando de pasarse por víctimas para conseguir casas...
Igual que hay gente que se ha beneficiado de esto y que aún intenta hacerlo, también ha habido una respuesta increíble solidaria de la ciudad hacia las víctimas.
En fin, una de esas tragedias evitables debidas a la negligencia y a la codicia, y que sacan lo peor y lo mejor de las personas.
martes, 12 de junio de 2018
En el búho
He cenado en casa de Patricia, la amiga arquitecta de Giulia que conocí cuando vino a Londres. Ha sido un gusto.
Y no estaba seguro de cómo titular esta entrada: quizá algo relacionado con la gente maja e interesante que sigo conociendo en Londres y las ganas de mantener el contacto con esas personas, o tal vez algo sobre la sensación, bastante inquietante, de volver a casa en el búho a las tantas de la noche por el centro de Londres...
Y no estaba seguro de cómo titular esta entrada: quizá algo relacionado con la gente maja e interesante que sigo conociendo en Londres y las ganas de mantener el contacto con esas personas, o tal vez algo sobre la sensación, bastante inquietante, de volver a casa en el búho a las tantas de la noche por el centro de Londres...
lunes, 11 de junio de 2018
Victoria Station
María se vuelve a casa. Ya no nos vemos hasta mi cumple. Han sido dos semanas maravillosas con ella aquí. E inesperadas. Un regalo.
¡Cómo mola vivir!
¡Cómo mola vivir!
domingo, 10 de junio de 2018
Stonehenge
Stonehenge, desde hace muchísimos años, es una de las cosas que está en mi lista de cosas que me gustaría ver antes de morirme. Y desde siempre en uno de los puestos más altos.
Y era una de las cosas que quería no perderme en estos meses aquí.
Hoy ha sido el día: excursión en tren a Salisbury, visita a la catedral, luego a las stones, como dicen aquí, y al final hemos terminado viendo, aunque haya sido un poco rápido, el sitio de Old Sarum, el primer asentamiento de lo que hoy es Salisbury.
Ha sido un día maravilloso: nos ha hecho muy buen tiempo, se nos ha dado todo fenomenal y cada vez confirmo más lo bien que se nos da a María y a mi andar por ahí juntxs.
Un gusto.
Dos cosas, una en positivo y la otra no estoy seguro: el sitio es un espectáculo alucinante. Por poco que hayas leído sobre el monumento o por poco que sepas sobre él, es emocionante imaginar lo que supone: el esfuerzo, la cantidad de gente involucrada, la logística para calcular y coordinar... es un trabajo asombroso.
He estado hablando con Bellotti en el instituto, mi profe de inglés, y me decía que él, como me ha contado más gente, ha ido por allí hace años y que entonces no había turistas, ni entrada que pagar, ni autobuses, ni valla. Sólo ovejas. Y que claro que es algo asombroso, pero que hay muchos otros monumentos semejantes por aquí, quizá no tan espectaculares pero sí parecidos, a los que no va ni Perry.
Y con este comentario viene la segunda cosa: este lugar es un parque temático lleno de gente a la que no es muy seguro que le interese especialmente la prehistoria, la vida en el neolítico o los cromlech, y que de hecho están allí como quizá podrían estar en la National Gallery o en Hyde Park o en la exposición de Harry Potter.
Esto, sin duda, le quita bastante interés al asunto. O se lo pone, según se mire.
Me pasó lo mismo cuando estuve en Pompeya después de haber visitado unos días antes Ostia. Parece que hay algo en esas visitas multitudinarias que tiene más que ver con el márketing que con el verdadero interés por lo que estamos viendo.
También lo pienso con las colas del museo del Prado o del Reina Sofía para ver a Velázquez o a Dalí, o con las muchedumbres que llenan el British a cualquier hora del día, todos los días de la semana. Ejemplos no faltan.
En fin, no tengo las ideas muy claras sobre todo esto: ¿cómo se limita el número de gente que puede ir a estas cosas? ¿y quién lo hace? ¿basta con que haya que pagar una entrada? ¿compensa que con esa entrada y con la tienda se pague a quienes investigan allí? ¿vale el criterio de que aunque vayas sin que te interese, algo queda...?
Estuve pensando mucho qué foto poner aquí sobre este día. Al final me decidí por ésta, en la que el monumento queda un poco en segundo plano, pero que creo que habla bien de cómo efectivamente para mucha de la gente que está por allí cada día el monumento es sólo un segundo plano sobre el que hacerse un selfie molón para enviarlo por guasap a lxs colegas que no han podido ir.
En cualquier caso, la visita ha merecido muchísimo la pena, hemos disfrutado como enanxs dando vueltas a las piedras y mirándolas por aquí y por allá, y a mi me ha encantado poner otro tick en mi lista de cosas para ver antes de morirme...
Y era una de las cosas que quería no perderme en estos meses aquí.
Hoy ha sido el día: excursión en tren a Salisbury, visita a la catedral, luego a las stones, como dicen aquí, y al final hemos terminado viendo, aunque haya sido un poco rápido, el sitio de Old Sarum, el primer asentamiento de lo que hoy es Salisbury.
Ha sido un día maravilloso: nos ha hecho muy buen tiempo, se nos ha dado todo fenomenal y cada vez confirmo más lo bien que se nos da a María y a mi andar por ahí juntxs.
Un gusto.
Dos cosas, una en positivo y la otra no estoy seguro: el sitio es un espectáculo alucinante. Por poco que hayas leído sobre el monumento o por poco que sepas sobre él, es emocionante imaginar lo que supone: el esfuerzo, la cantidad de gente involucrada, la logística para calcular y coordinar... es un trabajo asombroso.
He estado hablando con Bellotti en el instituto, mi profe de inglés, y me decía que él, como me ha contado más gente, ha ido por allí hace años y que entonces no había turistas, ni entrada que pagar, ni autobuses, ni valla. Sólo ovejas. Y que claro que es algo asombroso, pero que hay muchos otros monumentos semejantes por aquí, quizá no tan espectaculares pero sí parecidos, a los que no va ni Perry.
Y con este comentario viene la segunda cosa: este lugar es un parque temático lleno de gente a la que no es muy seguro que le interese especialmente la prehistoria, la vida en el neolítico o los cromlech, y que de hecho están allí como quizá podrían estar en la National Gallery o en Hyde Park o en la exposición de Harry Potter.
Esto, sin duda, le quita bastante interés al asunto. O se lo pone, según se mire.
Me pasó lo mismo cuando estuve en Pompeya después de haber visitado unos días antes Ostia. Parece que hay algo en esas visitas multitudinarias que tiene más que ver con el márketing que con el verdadero interés por lo que estamos viendo.
También lo pienso con las colas del museo del Prado o del Reina Sofía para ver a Velázquez o a Dalí, o con las muchedumbres que llenan el British a cualquier hora del día, todos los días de la semana. Ejemplos no faltan.
En fin, no tengo las ideas muy claras sobre todo esto: ¿cómo se limita el número de gente que puede ir a estas cosas? ¿y quién lo hace? ¿basta con que haya que pagar una entrada? ¿compensa que con esa entrada y con la tienda se pague a quienes investigan allí? ¿vale el criterio de que aunque vayas sin que te interese, algo queda...?
Estuve pensando mucho qué foto poner aquí sobre este día. Al final me decidí por ésta, en la que el monumento queda un poco en segundo plano, pero que creo que habla bien de cómo efectivamente para mucha de la gente que está por allí cada día el monumento es sólo un segundo plano sobre el que hacerse un selfie molón para enviarlo por guasap a lxs colegas que no han podido ir.
En cualquier caso, la visita ha merecido muchísimo la pena, hemos disfrutado como enanxs dando vueltas a las piedras y mirándolas por aquí y por allá, y a mi me ha encantado poner otro tick en mi lista de cosas para ver antes de morirme...
sábado, 9 de junio de 2018
Richmond
Hemos estado en Richmond. Otro de esos parques maravillosos que hay en Londres y que tenía pendiente. Recuerdo que uno de los primeros días una de las profas me sugirió que fuera a la Wallace Collection y a la Isabella Plantation, en el parque Richmond.
La Wallace Collection fue el primer museo que vi aquí: pequeñito, manejable, bello.
Y el consejo para la Isabella Plantation era que esperara a que llegara la primavera para disfrutarlo de verdad. Y eso es lo que hemos hecho hoy: disfrutar de las camelias y las azaleas y los rododendros, que eran un espectáculo asombroso.
Me confirmo en lo que ya he contado aquí otras veces: no hay quien supere a esta gente organizando parques y museos. Lo hacen muy, muy, muy bien.
Y por la noche a cenar con compañerxs del instituto a casa de una de las profas. ¡Qué bien se está cuando se está bien!
La Wallace Collection fue el primer museo que vi aquí: pequeñito, manejable, bello.
Y el consejo para la Isabella Plantation era que esperara a que llegara la primavera para disfrutarlo de verdad. Y eso es lo que hemos hecho hoy: disfrutar de las camelias y las azaleas y los rododendros, que eran un espectáculo asombroso.
Me confirmo en lo que ya he contado aquí otras veces: no hay quien supere a esta gente organizando parques y museos. Lo hacen muy, muy, muy bien.
Y por la noche a cenar con compañerxs del instituto a casa de una de las profas. ¡Qué bien se está cuando se está bien!
viernes, 8 de junio de 2018
El atajo
Ya he contado aquí alguna vez que el cole es un laberinto lleno de atajos y de vueltas y revueltas. Originalmente era un convento. Y a lo largo de toda su vida ha sufrido ampliaciones, cambios, reformas y añadidos demasiado improvisados que lo han ido convirtiendo en un edificio atractivo y caótico. Lo que tiene de interesante creo que lo tiene también de difícil de mantener y de poco sostenible.
Uno de esos 'atajos' es el que va de la sala de profesores a la zona de secretaría sin tener que atravesar el patio para ir de un edificio a otro. Es por donde me llevó el conserje el primer día que llegué para ir al despacho de la directora.
Después de ese primer día he usado muchas veces ese camino para ahorrar unos minutos y no llegar tarde a clase o al comedor.
Y poco a poco he ido sintiendo el placer de que sea uno de los poquísimos lugares silenciosos del instituto. Unos pocos metros en los que hay silencio. Una especie de oasis de silencio en mitad del alboroto del colegio.
Estos días, además, se está convirtiendo en un pequeño jardín maravilloso en el que cada día hay algo nuevo que descubrir: hoy he encontrado estas flores preciosas, pequeñas, ocultas en esa especie de callejón poco transitado.
Una delicia. Un descanso.
Uno de esos 'atajos' es el que va de la sala de profesores a la zona de secretaría sin tener que atravesar el patio para ir de un edificio a otro. Es por donde me llevó el conserje el primer día que llegué para ir al despacho de la directora.
Después de ese primer día he usado muchas veces ese camino para ahorrar unos minutos y no llegar tarde a clase o al comedor.
Y poco a poco he ido sintiendo el placer de que sea uno de los poquísimos lugares silenciosos del instituto. Unos pocos metros en los que hay silencio. Una especie de oasis de silencio en mitad del alboroto del colegio.
Estos días, además, se está convirtiendo en un pequeño jardín maravilloso en el que cada día hay algo nuevo que descubrir: hoy he encontrado estas flores preciosas, pequeñas, ocultas en esa especie de callejón poco transitado.
Una delicia. Un descanso.
jueves, 7 de junio de 2018
Londsdale
Cada vez estoy más seguro de que los pequeños placeres son los verdaderamente importantes. Las pequeñas cosas que pasan de vez en cuando y hacen que la vida nos parezca un poquito más amable. Nada excepcional. No me refiero, desde luego, a los grandes acontecimientos, a los cambios que nos dan la vuelta a la vida y nos hacen seguir por un camino que ni siquiera imaginábamos. Esas cosas son importantes, claro, pero me refiero a lo pequeñito, a lo cotidiano, al día a día...
Después del instituto hemos estado tomando algo María y yo en el Earl of Londsdale. Un ratito de charla en la terraza. Un rato de complicidad y conversación.
Y ya.
Y luego paseando a casa.
Nada trascendente: sólo uno de esos pequeñitos placeres que hacen que la vida mole tanto.
Después del instituto hemos estado tomando algo María y yo en el Earl of Londsdale. Un ratito de charla en la terraza. Un rato de complicidad y conversación.
Y ya.
Y luego paseando a casa.
Nada trascendente: sólo uno de esos pequeñitos placeres que hacen que la vida mole tanto.
miércoles, 6 de junio de 2018
Vino con jamón
Cuando me vine a Londres propuse a un montón de gente que vinieran a hacerme una visita. Me gusta la soledad y me siento a gusto en mis tiempos conmigo mismo. Pero también me encanta compartir cosas que me gustan con gente que me gusta, así que me parecía un planazo compartir esta ciudad inacabable con la gente que me interesa.
Mucha de esa gente a la que le propuse venir me decía que cuando se dejaran caer por aquí lo harían con un paquetito de jamón y otro de queso.
Dicho y hecho: cuando Sergio y Pilar llegaron hace unos días una de las primeras cosas que sacaron de su maleta fue un paquete de jamón rico, rico. Y en la foto estamos dando buena cuenta de una racioncita con un vino del Sainsbury's...
Ni tan mal.
Mucha de esa gente a la que le propuse venir me decía que cuando se dejaran caer por aquí lo harían con un paquetito de jamón y otro de queso.
Dicho y hecho: cuando Sergio y Pilar llegaron hace unos días una de las primeras cosas que sacaron de su maleta fue un paquete de jamón rico, rico. Y en la foto estamos dando buena cuenta de una racioncita con un vino del Sainsbury's...
Ni tan mal.
martes, 5 de junio de 2018
Otra vez al British
Vuelvo al British Museum: cuando pienso en posibles motivos por los que seguir aquí más tiempo, uno de los más importantes es sin ninguna duda este museo increíble. Y todos los demás museos alucinantes que hay en la ciudad.
No me canso...
No me canso...
lunes, 4 de junio de 2018
De lunes
Hay lugares que se vuelven familiares. Sitios a los que vas una vez y otra y, de algún modo, los haces tuyos. Espacios en los que te sientes (casi) como en casa.
Si además vas bien acompañado, entonces es verdaderamente como estar en casa.
En el Kitchen & Pantry, tomando un café con María después de salir del cole.
Si además vas bien acompañado, entonces es verdaderamente como estar en casa.
En el Kitchen & Pantry, tomando un café con María después de salir del cole.
domingo, 3 de junio de 2018
Brick Lane
Otra buena palicita recorriendo la ciudad: hemos estado en Greenwich, demasiada gente, y luego hemos dado una vuelta por la zona de Brick Lane. Es un sitio en el que ya estuve hace unas cuantas semanas en una visita guiada por los graffittis y el arte urbano de la zona. Fue muy interesante y hoy hemos querido recorrer un poco el barrio tratando de encontrarnos con cosas chulas.
Hemos encontrado algunas cosas alucinantes pero también nos hemos encontrado con la parte fea del mercadillo: la que queda cuando ya se han ido (nos hemos ido) los turistas con sus libras y sus ganas de comprar.
Lo que queda a esas horas allí es mucha basura, mucha mugre, mucha gente currando, terminando de recoger todo, en muy malas condiciones, mucha gente deteriorada, mucho yonki...
Es otro Londres que se ve poco si no lo buscas o no te lo encuentras, pero ahí está.
Hemos encontrado algunas cosas alucinantes pero también nos hemos encontrado con la parte fea del mercadillo: la que queda cuando ya se han ido (nos hemos ido) los turistas con sus libras y sus ganas de comprar.
Lo que queda a esas horas allí es mucha basura, mucha mugre, mucha gente currando, terminando de recoger todo, en muy malas condiciones, mucha gente deteriorada, mucho yonki...
Es otro Londres que se ve poco si no lo buscas o no te lo encuentras, pero ahí está.
sábado, 2 de junio de 2018
Kew Gardens
Sigo descubriendo cosas en Londres: esta vez ha sido un laaargo paseo desde casa hasta Hammersmith, y desde allí, por el río, hasta Chiswick, con parada incluida para un cafecito por el camino, y luego, después de comer, hemos seguido hasta Kew Gardens.
La foto es un autorretrato, otro, hecho mientras caminábamos por el río. Cuando vuelva a casa tendré que revisar a fondo las fotos que estoy haciendo, todas con el móvil, y ver qué series interesantes pueden salir de aquí. Me gustaría que una de ellas fueran unos cuantos autorretratos que contaran cómo me estoy viendo aquí.
¡A ver qué sale!
La foto es un autorretrato, otro, hecho mientras caminábamos por el río. Cuando vuelva a casa tendré que revisar a fondo las fotos que estoy haciendo, todas con el móvil, y ver qué series interesantes pueden salir de aquí. Me gustaría que una de ellas fueran unos cuantos autorretratos que contaran cómo me estoy viendo aquí.
¡A ver qué sale!
viernes, 1 de junio de 2018
Sergio y Pilar
Sin duda una de las cosas estupendas de estar aquí está siendo que venga gente a verme: estos días está aquí María y hoy llegan, desde Segovia, Sergio y Pilar.
Este finde promete ser estupendo...
Este finde promete ser estupendo...