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lunes, 30 de abril de 2018

Desde el bus

Desde el autobús, viendo pasar la ciudad...

domingo, 29 de abril de 2018

Museos

Una de las mejores cosas de Londres y una de las que más estoy disfrutando aquí es la cantidad enorme de museos maravillosos que hay aquí.

Hoy he vuelto al Victoria & Albert y he vuelto a salir impresionado del montón de cosas increíbles que hay ahí dentro...

sábado, 28 de abril de 2018

Más visitas

Me encanta esto de tener visitas en Londres. Me hace ver la ciudad con otros ojos para poder enseñar las cosas que estoy descubriendo y que tanto me están gustando. Disfrutarlas con alguien es como disfrutarlas el doble...

viernes, 27 de abril de 2018

Viernes en el Portobello

Hacía unas cuantas semanas que no iba con lxs profes del Cañada al Portobello, el viernes por la tarde, a exorcizar la semana, a hacer una especie de catarsis que ayude a pasar de las aulas llenas de preadolescentes al fin de semana londinense.
Hoy me ha sentado muy bien tomarme un par de vinos allí: gente muy maja, conversación agradable e interesante, muy buen rollo.

jueves, 26 de abril de 2018

Volviendo a casa

Algunos días son largos en el cole: muchas clases y muchos niñxs. Y el camino a casa se hace un poco con inercia, deseando llegar y ponerte un té y leer un rato y descansar y mañana más.

miércoles, 25 de abril de 2018

Pétalo

Esta mañana, al abrir la ventana de mi habitación, se ha colado un petalito de uno de los árboles que hay en mi calle. La primavera, y la belleza, entran en casa.

martes, 24 de abril de 2018

Vaho

Días de amanecer con el vaho en la ventana.
Y durante el día a ratos el calor o el aire un poco fresquito de más.
Días de sol y chubasquero y manga corta y gafas de sol y otra vez jersey y calcetines gordos y capucha y de mucha luz y de nubes y de pantalones cortos con sandalias...

lunes, 23 de abril de 2018

Día del libro

Hoy, en el Cañada Blanch, hemos dedicado todo el día a los libros: amigx invisible de profes y alumnxs, pelis relacionadas con libros, recitales de poesía...
En fin, igual que me pasó el 8 de marzo, hoy he vuelto a sentir que me sigue gustando mucho trabajar en un lugar en el que ciertas cosas son importantes.

¡Seguimos!

[Por cierto, mi regalito ha sido una guía fenomenal de paseos por Londres... ¡se me acumula el trabajo!]

domingo, 22 de abril de 2018

Descubrimientos

Hoy ha sido un día larguísimo y agotador en el que he visto un montón de cosas interesantes...

Lo primero es antes: por la mañana he ido con Hortensia, una compañera profa, a la Reading Room de la British Library, en el Museo Británico.
Una belleza.
Una experiencia de esas que sospecho que recordaré durante toda la vida.
Una emoción gigantesca sentir que durante unos minutos estás en uno de esos lugares en los que se ha creado el mundo en el que vivimos.
Me gusta decir que no soy muy fetichista, pero sé que seguramente no es del todo cierto. Y creo que éste es uno de esos lugares que voy a conservar siempre en la memoria.
Además de ser un espacio maravilloso, da un vértigo enorme, al menos a mi, pensar en las miles de personas que han pasado por allí a compartir y crear conocimiento. Y da aún más vértigo pensar que entre muchas de esas personas anónimas también han estado bajo ese techo, leyendo, pensando y creando, Marx, Gandhi, Woolf, Dickens, Darwin, Lenin, Kipling, Orwell, Mark Twain, Stoker, Russell y tantísima otra gente...

Parece ser que, desde hace veinte años que se trasladó la biblioteca a un nuevo edificio y se dejó aquí sólo esta sala, se abre al público en rarísimas ocasiones. Y hoy ha sido una de ellas. Y hemos tenido la suerte de poder estar. Parece ser que no hay ningún motivo claro para que esté cerrada. Cuando preguntamos por curiosidad, una chica de las que organizaba el evento nos dice que hay algo político. Una señora muy mayor que nos cuenta que ella fue usuaria de la biblioteca y nos explica cómo se pedían los libros y cómo se usaban los atriles, nos dice que por favor escribamos a la biblioteca y al museo diciendo que se use la Reading Room, que es un crimen tenerla cerrada.
Parece que es un problema de políticos y de egos: no está claro de quién es la sala, si del museo o de la biblioteca, ni quién puede usarla. Y unos por otros, la casa sin barrer.

La excusa para abrirla en esta ocasión ha sido un festival que se está celebrando estos días en el museo en el que, entre otras cosas, se están ejecutando algunas obras musicales del siglo XX. Y hoy han hecho una ¿interpretación? del Poema sinfónico para 100 metrónomos de György Ligeti, una obra extraña, hipnotizante y provocadora que yo conocía de haberla escuchado en disco y haber leído sobre ella pero que, por supuesto, nunca había visto en vivo.
[Por cierto, en una esquinita de la foto que he hecho, se pueden ver algunos de los metrónomos...]

En fin, una experiencia inolvidable que, unida al concierto de ayer, ha redondeado un fin de semana muy musical...


Luego Hortensia me ha dicho que había quedado con una amiga y que iban a ir a una visita guiada sobre graffitis y arte urbano en el barrio de Whitechapel. Y eso ha sido otra historia... como para contar en otro momento. Todo un descubrimiento.

Y entre medias, nos hemos cruzado con la maratón. Y al ver a la gente correr, agotadita ya en el km 36, me han vuelto a entrar las ganas y la envidia de verme ahí...

sábado, 21 de abril de 2018

Conmigo

Hoy he pasado el día conmigo. He salido prontito de casa con el libro que descubrí hace unas semanas sobre el Londres victoriano y me he ido a explorar.
Hace un par de semanas lo intenté, pero la lluvia no me dejó. Hoy ha sido diferente: sol y calor para pasear la ciudad y conocerla y disfrutarla.

Y por casualidad o por pura buena suerte, vagando por aquí y por allá, he encontrado una iglesia abierta cerca del Royal Albert Hall, se me ha ocurrido asomarme (hace mucho que no entraba en una) y he descubierto que esta misma tarde había concierto. Así que he acabado la tarde maravillosamente con Mozart, Haydn y Schumann.

Mañana más.

viernes, 20 de abril de 2018

Recreo

Mucha gente me dice en el cole que no me haga ilusiones, que este solete londinense no dura ni cuatro días, que esto igual que viene se va y de repente nos vemos otra vez con la manga larga, la capucha y el chubasquero...
Pero la verdad es que estos días se está agradeciendo mucho el calorcito y poder salir en el recreo a tomar un café rápido con otros profes y hacer la fotosíntesis sentadxs un ratito en la terraza del O'porto.

jueves, 19 de abril de 2018

Desencanto

Aquí trabajo. Muchos profes lo llaman el convento. El edificio tiene su encanto. Y dentro, a veces, pasan cosas chulas: hay un montón de gente tratando de ayudar a crecer a un montón de pequeñxs.
Estos días no ando muy convencido... pero ¡seguimos!

miércoles, 18 de abril de 2018

Rutinas

Desde la casa en la que estoy viviendo ahora tardo sólo unos 11 minutos en llegar al cole. Todo un lujo para las distancias y los tiempos que suelen usar los londoners para moverse de un sitio a otro.
A pesar de vivir tan cerca de donde trabajo no suelo repetir camino dos días seguidos. Por algún motivo, un día voy por una y al siguiente cambio de itinerario, improviso un poco, me meto por alguna calle que hace días que no he recorrido, y procuro ir siempre atento por si de repente descubro algo que aún no he visto: una tienda que me llama la atención, un árbol deseando florecer y que por fin estos días lo consigue, un par de puertas pintadas para ser las más molonas de todo Ladbroke Grove...
Quizá lo que intento es alterar las rutinas para no caer en el tedio, para que todo siga sorprendiéndome, para no creerme nunca que soy el hámster que da vueltas en su ruedita.

martes, 17 de abril de 2018

Nínive

Hoy he vuelto a retomar mi costumbre de irme los martes por la tarde al British Museum. Sigo viéndolo poquito a poco. Hoy me he dado una vuelta por las salas dedicadas a Asiria.
¡Maravilloso!

Estos dos días de vuelta al Mundo Real me están costando un poco, pero ese ratito que he pasado caminando entre los bajorrelieves me ha sentado tan bien que me ha recargado un poquito las pilas para seguir mañana.

Lo dicho: estos museos no se acaban nunca...

lunes, 16 de abril de 2018

Vuelta al cole

Después de estas dos semanas de vacaciones de Semana Santa y estos últimos cuatro días de break hispano, hoy estamos de vuelta a las aulas, a las reglas de tres, la formulación química y a los grupos de adolescentes de secundaria.
Hoy no he vuelto al cole con buen pie, aunque espero que poco a poco la semana se enderece.
Mañana más. Y seguro que mejor.

domingo, 15 de abril de 2018

sábado, 14 de abril de 2018

viernes, 13 de abril de 2018

jueves, 12 de abril de 2018

miércoles, 11 de abril de 2018

La primavera

El caso es que la primavera quiere asomarse... y lo intenta... pero no hay manera...

martes, 10 de abril de 2018

Verde

Me cuentan que en España no para de llover: mis amigxs de Segovia me mandan fotos de un temporal de nieve, mi hermana me dice que en Algeciras le están saliendo goteras en casa de tanta lluvia, y la gente de la sierra me dice que no para de jarrear y de hacer un frío que pela...

Aquí la cosa no es tan grave. Extrañamente, y contra todo pronóstico, resulta que estoy teniendo yo mejor tiempo en Londres que mi gente en España.

Pero aquí, estos días, está todo el rato esa lluvia finita, que no llega a mojarte del todo pero de la que nunca te secas, que no merece que saques el paraguas o o que te pongas la capucha pero que al cabo de un rato se ha colado por todas partes... Y así un día y otro día y otro día...

No es extraño que por todas partes se forme ese verdín que cubre casas, troncos, vallas, aceras...

lunes, 9 de abril de 2018

Capuccino

Ya soy un habitual del Kitchen & Pantry. Hoy he echado la mañana en casa preparando clases y calendarios para que no me pille el toro en el cole como me pasó un poco cuando llegué, y por la tarde me he ido a tomar un capuccino y escribir un rato.

domingo, 8 de abril de 2018

William III

Hace unos días compré un librito que se llama algo así como Paseando por la Historia: descubre el Londres victoriano.
Asegura que lxs londinenses, y también quienes pasamos una temporada aquí, viven en casas victorianas, aprenden en colegios victorianos, rezan en iglesias victorianas, son tratados en hospitales victorianos, beben en pubs victorianos, juegan en parques y jardines victorianos, se entretienen en museos y teatros victorianos, conducen por calles victorianas, cruzan puentes victorianos y viajan por railes victorianos.
Así que, ante tanta insistencia en esto de que Londres es sí o sí una ciudad victoriana, propone unos cuantos itinerarios para conocer calles, edificios, escuelas, hospitales, iglesias, etc., etc...

[Me acordé de Paco, claro... tengo que enseñarle el librito cuando le vea...]

Hoy he salido de casa con la saludable intención de echar un ratito haciendo el primero de ellos, que empieza en el Kensington Palace, pasa por el Albert Memorial y el Royal Albert Hall, y luego sigue paseando por ese barrio.

Vano intento. Al principio parecía que el día me iba a respetar: nublado, gris, plomizo, pero sin lluvia ni frío. Pero en cuanto he bajado del autobús ha empezado esa lluvia tontorrona que no es ni mucha ni poca, pero es la justa para incordiarte, para andar un poco incómodo, medio mojado, con la capucha pero sin que llueva del todo... en fin, que he decidido meterme un rato a tomar un café por si la cosa mejoraba.
Pero no.
Así que tras hacer un amago de paseo por el parque y llegar hasta la puerta del Palacio en el que nació la Reina Victoria, la que da nombre a todo esto, y saludar a William III, el que se ve en bronce al fondo de la foto, que no sé qué tatarabuelo suyo será, me he vuelto a coger el bus a casita...

***

Por cierto, hoy hace 50 días que vine a Londres. Más o menos un tercio del tiempo que voy a estar aquí.
Me ha dado tiempo a hacer un montón de cosas, conocer a un montón de personas y visitar un montón de lugares...
Aunque aún sigo tratando de responder a las preguntas que tenía en la sierra antes de venirme. Esas siguen pendientes...

¡¡¡Seguimos!!!

sábado, 7 de abril de 2018

Tras la ventana

Charles Darwin es uno de esos personajes que te encuentras de vez en cuando por Londres. Sin ir más lejos, y como no podía ser de otro modo, en el Museo de Historia Natural hay una estatua suya presidiendo el gran vestíbulo que te recibe al entrar en el edificio. Y de vez en cuando es fácil encontrarse alguna referencia a él o a su trabajo paseando por aquí y por allá en la ciudad.

Recuerdo que hace tiempo Adriana me contaba emocionada que, una de las últimas veces que ha estado por aquí, fue a visitar la casa en la que vivió Darwin, en la que trabajó durante años y donde escribió El origen de las especies. Creo que no está en Londres: tengo que investigar un poco y hacerme la excursión porque me apetece mucho.
No soy demasiado fetichista, pero para según qué cosas me encanta ver el lugar en el que cierta gente ha hecho ciertas cosas... Dos de mis momentos más fetichistas (y más culturetas, estará pensando alguien) de mi historia ocurrieron el mismo día. Y de los dos debo tener una foto guardada en alguna parte: de viaje por Alemania visité por la mañana la Iglesia de Santo Tomás en Leipzig, en la que trabajó muchos años Bach y en la que está enterrado, y por la tarde me tomé un café en la cafetería de la Escuela de la Bauhaus de Dessau.

Hoy, paseando cerca del British Museum, le he visto observando desde una ventana. Agazapado. Vigilante. Quizá consciente, y temeroso, de que según en qué círculos no corren muy buenos tiempos para la ciencia...

***

Hoy he hecho otros dos descubrimientos: por la mañana he ido a ver el Sir John Soane's Museum. Otro de esos sitios que me habían recomendado varias personas, a las que me alegro de haber hecho caso.
John Soane fue uno de esos ingleses que en el siglo XVIII hicieron el Grand Tour, del que he hablado últimamente aquí un par de veces. Y tanto le impresionó lo que vio por Italia con ventitantos añitos, que ese viaje le marcó para el resto de su vida y de su obra como arquitecto.

Y luego, de camino a la Wellcome Collection para tomar un café, me he encontrado con la librería Waterstones, de la que me había contado Ana Manzanares que era la librería más grande del mundo (y creo que también me dijo más chula), y allí me he echado un ratito deambulando de una sala a otra y dejándome algunas pounds.

viernes, 6 de abril de 2018

Kanada-ya

He estado cenando con Carlos en el Kanada-ya de Piccadilly. Un lujo y un gusto todo: el ramen más rico que he tomado en mi vida y la conversación con él y el paseo de después, con helado incluido, por Chinatown y el Soho.

No conozco tanto a Carlos, desde que nos conocemos no nos hemos visto tanto como me hubiera gustado. Mi relación con él siempre ha sido a través de amistades comunes, sobre todo Leti y Bea. Pero las veces que he coincidido con él, y esta vez también ha ocurrido así, me ha parecido una de las personas con el pensamiento más positivo que conozco. De hecho creo que es la primera persona con la que hablo que lleva un tiempo viviendo aquí, y ya he hablado con unas cuantas, que relativiza todo lo malo que se suele contar de esta ciudad y lo pone en positivo: el frío y la lluvia, la falta de luz, los precios, las distancias, las posibilidades de trabajo y de ocio.

Así da gusto.

Me quedo con su visión de la vida aquí. Cuando pienso en qué quiero hacer cuando termine el curso o pienso en qué pasa si me proponen seguir el próximo año en el cole o pienso si quiero quedarme aquí aunque no me lo propongan, me surgen un montón de dudas. Me encanta oír cómo cuando le he contado alguna de ellas, me las iba desmontando de un plumazo y quitándole importancia a todas.

¡Seguimos!

jueves, 5 de abril de 2018

Vitamina D

Ha salido el sol.
Por fin.
Demasiados días neblinosos, húmedos, con poca luz, caminando sin sombras por las calles y los parques...

Y hoy, de repente, la presunta primavera que no acaba de llegar a esta ciudad nos ha regalado un día de sol y luz y colores y sombras.

Los primeros días en el cole me hizo gracia oír tantas conversaciones sobre el sol (la falta de sol, mejor dicho), la piel blanquecina y la (falta de) vitamina D en estas latitudes. Era mediados de febrero y muchxs profes del Cañada acababan de regresar de España de estar recargando sus reservas, poniéndose al solete aunque fuera a mitad del invierno.
Al principio me pareció que era una broma habitual entre ellxs. Pero con el paso de los meses he comprobado que poca broma con lo de la vitamina D y la falta de luz y con que el sol se ponga en invierno a las tres o las cuatro de la tarde.
(Un buen tema a tener en cuenta para quienes se plantean pasar aquí un curso completo. O varios.)

Así que después de tanto tiempo echándolo de menos, lo de pasear hoy haciendo la fotosíntesis, comer un packed lunch sentado en los escalones de la plaza y ver mi propia sombra al andar, ha sido un gustazo muy disfrutón.


Hoy, después de dar una clase de química a primera hora de la mañana, me he ido a dar una vuelta por la National Gallery. Ya he contado aquí alguna vez el gusto que da esto de poder ir gratis a estos museos maravillosos, ver unas pocas salas disfrutándolas sin empacharte y luego salir a dar un paseíto para digerir lo que acabas de vivir dentro.
Un gusto.
Esta mañana he dedicado un rato a las salas más antiguas del museo: Botticelli, Leonardo, Mantegna, van Eyck, Durero, Memling... en fin... un lujo que estoy disfrutando muchísimo.

Cada vez que voy a alguno de los museos de Londres no puedo evitar acordarme de mi amigo Paco y de cómo se lo pasaría unos días aquí. Me lo estoy trabajando a ver si le convenzo y me hace alguna visita de fin de semana. No sé si lo lograré, pero estaría muy bien. En el fondo creo que lo hago por puro egoísmo, me temo que lo de invitarle a venir es más por mi que por él, porque no se me ocurre mayor lujo que ver alguna de estas salas de cualquiera de estos museos con él: creo que no conozco a nadie que disfrute del arte y lo viva con tanta pasión. Aún tengo tiempo para convencerle... jejeje....

miércoles, 4 de abril de 2018

En casa

Hoy he hecho pocas fotos. Ésta la he hecho por la mañana temprano, mientras me preparaba el desayuno. Y mi miércoles ha sido un poco como esta imagen: un día casero, tranquilo, sin paseos ni turismo ni metro ni trabajo.
He echado toda la mañana en casa ordenando un poco, poniendo lavadoras y pensando qué quiero hacer estos días que vienen.

Y por la tarde he vuelto a ir al Kitchen & Pantry, esta vez con el ordenador en la mochila, para escribir un rato. Me apetece mucho retomar los minicuentitos de Relatos en Cadena y participar en más concursos y hacer de la escritura una de mis rutinas.

Me gustan esos días en que parece que no pasa nada... y lo que pasa es la vida.

martes, 3 de abril de 2018

Kitchen & Pantry

Es cierto que no llevo tanto tiempo en Londres, poco más de seis semanas, y seguro que hay quien me va a decir que soy un poco chulito... pero creo que ya me ha dado tiempo a tener algunos "sitios favoritos" en Londres...
Y éste (aunque reconozco que la foto no es ninguna maravilla) es uno de ellos: el Kitchen & Pantry, un pepebotella a la inglesa. Mesas y sofás, cafés y bollería (y creo que algo de salado), wifi, conversaciones tranquilas y la lluvia y el frío al otro lado de las ventanas...

lunes, 2 de abril de 2018

So hard, my God!

Lo del turismo es una actividad agotadora. Te propones ir a pasar unos días en una ciudad para descansar, pero aprovechar para ver (y si es posible fotografiar) todo lo que se pueda ver (y fotografiar). Te planteas entrar en un museo y quieres verlo completo, hasta la última sala, hasta el último cuadro y la última escultura. Eso, muchas veces, a pesar de que no has visitado muchos de los museos de tu propia ciudad. Ni los parques. Ni los monumentos. Ni muchas de esas cosas que no puedes, de ninguna manera, dejar ver cuando estás en una ciudad que no es la tuya.

Hoy he vuelto al Museo Británico. Pero no un martes por la tarde al salir del cole en "mi tarde buena", como suelo hacer, sino el lunes de después de Semana Santa, que es fiesta aquí y que además aún no se han ido a casa ni los españoles, ni los italianos, ni todos los millones de extranjeros de visita que andan por esta ciudad...

Tampoco es que uno de esos martes por la tarde que yo suelo ir, el museo esté medio vacío, en absoluto, pero hoy lo he visto "a pleno rendimiento" con un tumulto en cada sala, y cientos de personas yendo de aquí para allá, y unos padres desesperados buscando a una niña perdida, y grupos despistados tratando de seguir a sus guías, y señores exhaustos en sillas de ruedas...

Y al bajar a los baños María ha oído a una señora decir, agotada, 'so hard, my God!', y yo me he encontrado con la escena de la foto: unas cuantas personas ya rendidas, que ya habían decidido que el museo las había vencido: uno durmiendo, varios leyendo, alguno simplemente esperando a que llegaran las cinco y media y que alguna de las personas que trabajan en el museo le invitara amablemente a salir y poder huir sin oponer resistencia, sólo dejándose llevar hacia la salida y a su alojamiento y a domir hasta mañana, que quizá les espere la National Gallery o el Victoria & Albert o la cola para subir al London Eye o el Museo de Historia Natural, o quizá, con un poco de suerte, el tren al aeropuerto y llegar a casa y descansar, por fin, de las vacaciones en Londres.

domingo, 1 de abril de 2018