Otro día en Mordor haciendo trámites y, sobre todo, compartiendo cafés con gente a la que me apetece ver antes de irme: Carlos, Elia, Vero, Bea, Carlos e Imilce... y al final del día un vino y un bizcocho de despedida con la gente del taller de fotografía.
Sé que esto es una de las cosas que voy a echar de menos en los próximos meses.
Da mucho gusto que la gente se ponga contenta cuando te ven contento. Estos días, cada vez que le cuento a alguien mis planes para los próximos cinco meses, sólo recibo felicitaciones, enhorabuenas, parabienes y buenos deseos. Así parece muy difícil que las cosas salgan mal.
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