Ya estoy en casa. En mi nueva casa. Y tengo mucha suerte.
Hoy ha sido un día muy largo: a las siete y algo en el aeropuerto desde la sierra, y luego un buen rato de la ponzoña de los controles para embarcar.
Y un par de horas de vuelo en las que he ido un poco encogidito. Creo que esta semana pasada he tenido que hacer tantas cosas y pensar en resolver tantas historias que hasta que no cerré la maleta anoche no sentí que se me venía encima de verdad la pena por irme y el susto por llegar aquí.
De donde me ha dejado el tren en el centro hasta mi casa me he dado una buena caminata, un poco cansada de más porque iba cargado con el equipaje, pero ha sido una buena entrada en la ciudad, un poco iniciática y un poco catártica, como todo lo que me está pasando estos días.
Mi familia adoptiva es un amor: una pareja de española y sueco con tres peques.
Mañana al cole: va a ser día de presentaciones, de contarme horarios y normas y enseñarme edificios y gente.
¡Seguimos!
Esperando con impaciencia tu nueva de hoy,...lunes 19 de febrero 😉
ResponderEliminarGracias Waldina!!!
EliminarMi plan es ir contando aquí mi experiencia en Londres: cada día una imagen y un textito.
A ver si puedo sostenerlo...
;o)