He estado en la feria de miniaturas que se hace cada año en Kensington: el Kensington Dollshouse Festival. Tenía muchas ganas de acercarme por allí y de tratar de escucharme un poco para ver qué tal me sentía imaginándome allí detrás de alguno de los mostradores.
He estado un par de horas dando vueltas entre las mesas. Viendo algunas cosas que no me han parecido demasiado interesantes y otras maravillosas. Durante un rato he estado pensando que qué pintaba yo allí. Que si tengo tantas ganas de hacer miniaturas y mueblecitos y pianitos quizá lo que tengo que hacer es simplemente ponerme a ello y hacerlo como hobby. Y si en algún momento alguna le interesa a alguien, la vendo o la regalo o lo que sea. Durante parte de mi paseo por allí estaba sintiendo que aquel no era mi sitio...
Luego en una de las mesas una chica se me ha acercado y me ha preguntado si me interesaba lo que tenían. Le he dicho que hablaba español y nos hemos puesto a hablar.
Era la mesa de Fernando Setién, a quien descubrí y sigo desde hace tiempo en instagram y que hace miniaturas de muebles contemporáneos.
Hemos estado un buen rato de charla. Me ha sentado bien. Me han animado mucho a que si me apetece me ponga con ello. Me han contado sobre su experiencia y sus dificultades para abrirse un huequito en este mundillo.
El caso es que al final he salido más o menos con la misma duda con la que entré sobre si me apetece o no meterme en este lío.
Otra puerta abierta que tengo que decidir si quiero cruzar o no...
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