Y caminando iba pensando que ganar / Siempre es tentar a la otra cara de la suerte / Y que por eso te hacen daño los huesos / Cuando golpeas fuerte //
Y así se fue chasqueando los dientes / En memoria de algún actor / Cuyo nombre se ha perdido / Y que hacía de bandido //
Y sintió la alegría del olvido / Y al andar descubrió la maravilla / Del sonido de sus propios pasos / En la gravilla...
[El canto del gallo, Radio Futura, 1987]

jueves, 7 de junio de 2018

Londsdale

Cada vez estoy más seguro de que los pequeños placeres son los verdaderamente importantes. Las pequeñas cosas que pasan de vez en cuando y hacen que la vida nos parezca un poquito más amable. Nada excepcional. No me refiero, desde luego, a los grandes acontecimientos, a los cambios que nos dan la vuelta a la vida y nos hacen seguir por un camino que ni siquiera imaginábamos. Esas cosas son importantes, claro, pero me refiero a lo pequeñito, a lo cotidiano, al día a día...

Después del instituto hemos estado tomando algo María y yo en el Earl of Londsdale. Un ratito de charla en la terraza. Un rato de complicidad y conversación.
Y ya.
Y luego paseando a casa.
Nada trascendente: sólo uno de esos pequeñitos placeres que hacen que la vida mole tanto.

1 comentario:

  1. Me gusta tu forma de escribir. Escuchando el canto del gallo y Annabel Lee.

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