En la estación de St. Pancras, esperando a Susana, mi última visita (creo) de estos meses en Londres.
Susana y yo casi no nos conocemos, pero es una de las personas a quienes insistí en preguntarle si le apetecía venir. Y me hizo mucha ilusión cuando me dijo que lo intentaría.
Me encanta la historia de mi relación con ella: muy peculiar, muy prometedora. Una relación que nos hace gracia pensar que tiene mucho que ver con el silencio...
Quizá, si un día viene a cuento, la cuente aquí.
De momento tenemos unos cuantos días juntxs en Londres de paseos, museos y música que me apetecen muchísimo.
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