En estas semanas estoy conociendo a mucha gente interesante. Y eso me está sentando muy bien. Y mucha de esa gente me está descubriendo un montón de cosas en Londres. Y eso me encanta.
Hoy me ha vuelto a pasar.
Otra vez.
Esta mañana he quedado con una de las personas con las que contacté al llegar, amiga serrana de amiga serrana, con la que me he estado escribiendo estas semanas y que me ha dado información, me ha contado cosas útiles, me ha estado preguntado de vez en cuando qué tal me iba aquí... (está muy bien eso de que alguien que no te conoce de nada te pregunte qué tal te va sólo por el gusto de saber que te va bien y ayudarte si no es así...).
Hoy por fin nos hemos puesto cara. Me ha propuesto ir a la Wellcome Collection. Un sitio maravilloso al que puedes ir a tomar un café, a trabajar en la biblioteca, a ver exposiciones, o simplemente a echar un rato leyendo o escribiendo o charlando.
¡Me lo apunto!
Y desde allí, con un frío feo y antipático que tenía poco que ver con el solete que hizo ayer, nos hemos ido paseando al mercado de Camden. Otro de esos sitios en que todavía no había estado y al que volveré.
En ese lío de callejones, pasillos y escaleras que es Camden Lock, espero ser capaz de encontrar de nuevo el café en el que nos hemos sentado un rato a charlar y a tomar algo calentito.
Creo que hoy he descubierto un par de nuevos pepebotellas para mi lista...
Como diría mi amigo Carlos de La Cabrera, ¡hay que ver cómo mola conocer gente maja!
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