Lo de la transición suave que me había imaginado para mi vuelta de Londres he tenido que dejarlo para otra ocasión: esta vez la cosa ha ido de familia y sisters y sobrinerío a tope.
Y también un poco de playita y algunos paseos y conversaciones de verano a la sombrita con un tinto de verano y unas patatas fritas y unas aceitunas...
¡Ni tan mal!
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