Las sandalias de la izquierda están que se caen a trozos. Las suelas están fatal. Me han acompañado desde hace unos cuantos años y he hecho con ellas muchos, muchos, muchos kilómetros. Me gustan muchísimo y son una de las mejores compras que he hecho en mi vida: comodísimas, resistentes, muy todoterreno. Al venir a Londres estaban ya tan viejitas que me las traje con la idea de que no volvieran a casa.
Las de la derecha las he comprado esta tarde en una tienda de la City. Son de la misma marca y de hecho he buscado que fueran un modelo lo más parecido posible a las que tenía. Aún tienen la suela limpita. Las estrenaré mañana cuando salga de casa con las maletas y con ellas aterrizaré en Gibraltar por la tarde.
Creo que esta foto cuenta bien cómo estoy estos días. En plena transición, en pleno cambio de etapa. Tratando de deshacerme de lo que me ha servido pero ya no funciona, y buscando lo que necesito para seguir adelante.
Hoy he dado un larguísimo paseo por la ciudad. Buscando las sandalias (he estado en varias tiendas pero no tenían mi número del modelo que quería) he llegado hasta St. Paul's Cathedral. Allí por fin he podido comprarlas y he echado a andar de vuelta hacia el barrio, con las viejas aún puestas y las nuevas en la bolsa, reservándolas para estrenarlas mañana.
De repente me he visto haciendo un camino muy parecido al que hice hace casi cinco meses cuando llegué: he parado en el mismo parquecito en el que paré a comer aquel día (era domingo y estaba muy vacío, hoy estaba lleno de oficinistas tomando el lunch), he pasado por el río a la altura de Covent Garden y cerca de Trafalgar Square, he atravesado St. James y he pasado cerca del Buckingham Palace, he cruzado Hyde Park (esta vez yendo por el otro lado del Serpentine hasta el Italian Garden) y he subido por Portobello hasta llegar a casa.
Agotador como la otra vez (aunque hoy no fuera cargado) pero igual de catártico. Con la sensación de estar cerrando un ciclo para abrir otro, igual que aquel día.
Mientras escribo en el salón de casa, a mi alrededor tengo la maleta abierta y las cosas en el sofá esperando para guardarlas. Aún tengo que dar un repaso por la casa para recoger y limpiar un poco. Pero siento que ya estoy en lo siguiente: ya estoy con un pie allí.
Ayer, yendo con varios profes de vuelta del Oporto, hice un comentario parecido y Juan Carlos me dijo algo así como que qué secuencial soy. No sé si lo soy de verdad, aunque seguramente tenga algo de razón: es un tipo muy listo y en estos meses nos ha dado tiempo a conocernos bien. Pero le decía que siento que la mayoría de ellxs tienen claro qué van a hacer en septiembre: siguen aquí, van a sus nuevas plazas, etc. pero yo me encuentro con la incertidumbre de decidir por dónde quiero continuar.
Y me siento bien con ello: me noto con ganas y con energía para decidirlo.
Así que, como siempre, ¡seguimos!
Escribir, andar,seguir...gracias por compartir...te esperamos
ResponderEliminarBs
Siempre en el camino,...eso es lo más importante, no parar nunca.
ResponderEliminarSeguimos Román !!!!