Ayer protestaba un poco aquí por la energía de más que hay que gastar en la clase con los niñxs. Y hoy me ha tocado la otra parte que no me gusta de la enseñanza: evaluaciones, informes, memorias, reuniones... y la sensación de que muchos profes tengan que estar justificando su trabajo ante padres, niñxs e incluso ante otros compañerxs del claustro...
En fin, no me apetece mucho hablar de esto aquí, pero sí que es una de esas cosas que me confirma que tal vez la enseñanza, a pesar de todo, no es mi sitio. Al menos la enseñanza formal dentro del sistema.
A pesar de todo... ¡seguimos!
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