Estos días estoy medio confuso. Muy cansado, con demasiadas cosas en la cabeza y con muchas cosas que hacer. Y con muchas incertidumbres. Una de ellas, posiblemente la más importante, es la confusión que me produce pensar que vuelva a España y me encuentre en el mismo lugar en el que estaba antes de venir.
Sé que el hecho de decidir venirme ya me hizo bien. Supuso una patada en el culo que me sacó del estancamiento en el que estaba. Lo siguiente es decidir hacia dónde quiero ir ahora.
Sabía que esto era una de las cosas que podían pasar estando aquí: al principio todo es molón y sorprendente. Pero cuando llevo aquí un par de meses (estos días se cumple exactamente la mitad del tiempo que voy a estar) todo sigue siendo igual de molón y de sorprendente, o aún más, pero llega el momento en el que surge la pregunta... ¿y ahora qué?
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